Lo primero es establecer los objetivos y metas de la página web. ¿Qué propósito tendrá la página? ¿Qué se espera lograr con ella?

Es importante conocer a quién está dirigida la página web, cuáles son sus necesidades y cómo se relacionan con el sitio.

Se debe determinar la organización y jerarquía de la información para que los usuarios encuentren fácilmente lo que buscan. También se debe definir la navegación y la forma en que los usuarios se moverán por el sitio.

Se debe diseñar un modelo de la página para que se pueda visualizar cómo se verá y cómo funcionará. Esto permitirá identificar posibles problemas y ajustar detalles antes de comenzar a programar.

Se debe seleccionar una paleta de colores, tipografía, imágenes y otros elementos visuales que conformarán el diseño de la página. Todo debe estar alineado con la marca o identidad visual de la empresa.

Una vez definidos todos los elementos anteriores, se puede comenzar a programar la página web y crear todas las funcionalidades necesarias.

Se deben realizar pruebas de usabilidad y funcionalidad para asegurarse de que la página web cumpla con las expectativas y necesidades de los usuarios.

Finalmente, se debe subir la página web al servidor para que sea accesible a los usuarios.