El diseño de un packaging es la creación de un envase o embalaje que protege y presenta un producto de manera atractiva para los consumidores. Un buen diseño de packaging debe tener en cuenta varios factores, como el tipo de producto, el público objetivo, la funcionalidad del envase y el impacto visual que se busca lograr.
Es fundamental conocer bien el producto que se va a empaquetar y la marca que lo respalda. Se debe tener en cuenta el tamaño, la forma, el peso y las características de los productos, así como la personalidad y los valores de la marca.
Es necesario conocer al público al que se dirige el producto, sus gustos y preferencias, así como sus necesidades y deseos.
Se debe establecer el objetivo del packaging, es decir, lo que se quiere lograr con él. Este objetivo puede ser aumentar las ventas, mejorar la imagen de la marca, destacar entre la competencia, entre otros.
A partir de los resultados de las etapas anteriores, se crea un concepto que se adapte a la marca y al producto, así como al público objetivo y al objetivo del packaging.
Se desarrolla el diseño gráfico y estructural del packaging, eligiendo los materiales y colores adecuados, así como la forma y el tamaño del envase.
Pruebas, ajustes, se realizan pruebas con prototipos para comprobar que el packaging cumpla con sus objetivos y se hacen ajustes si es necesario.
Producción: Se produce el packaging final y se prepara para su distribución.
En resumen, el diseño de un packaging es un proceso que requiere de una planificación cuidadosa y una atención minuciosa a los detalles para lograr un resultado efectivo y atractivo para los consumidores.
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